martes, 22 de febrero de 2011

9°32´59" N 79°39´00" O

El Pulpo con coco en un comedor al aire libre, enfrentado a la iglesia principal, se vistió de almuerzo. Si tenia dudas con respecto al resultado de la receta, el sabor las despejo todas. Ahí nomas, cruzando la calle, mientras pasan los omnibus como carnavales, esta la iglesia y en ella tenemos cita para ver el famoso Cristo Negro. Parece, dice la leyenda, que lo encontraron flotando en el mar allá por el 1600. El asunto es que el que lo encontrarán parece haber sido su primer milagro, ser negro y que lo aceptaran, el segundopara sí y para cuando estuvo en la iglesia empezó a hacerlos para los demás. La iglesia de Portobelo es parte del mismo casco colonial que inunda de historia las retinas de los que disfrutamos imaginando lo que fue y como fue. Resulta que las callecitas caminan paralelo al mar y de vez en cuando se atraviesan, pero lo que es inevitable, es que te llevan al fuerte que se levanta imponente todavia. Arriba de la montaña haciendo de llave maestra de una bahía profunda se levanta la fortaleza de piedra que tuvo que soportar a los piratas mas famosos y sus intentos por quedarse con los cargamentos que partían a España. Los cañones siguen apuntando desde lo mas alto y si te asomás a la muralla larga que le pone límites al mar, alta e imponente, con cuerpo de rocas, desde la altura, dan ganas de sumergirse al mar transparente y tentador. El recorrido por la historia de Portobelo es fascinante porque puede sentirse, tocarse y respirarse. No esta preso en un museo, detras de cristales o cordones.
Me metí dentro de una de las almenas del fuerte, dominando la bahía, en una esquina, dejé el casco de lado, el mosquete y la espada, puse la vista fija en el horizonte azul através de la pequeña ventana vertical que tenia enfrente y prometí a mi capitán que ni bien las velas de Drake se divisaran daría la señal de alarma.