Podriamos haber discutido durante años pero nunca nos habríamos puesto de acuerdo. El mejor jugador que habiamos tenido no tenía nombre. no sabiamos quien era, simplemente porque no lograbamos coincidir en las opiniones. Para unos era el "Pocho" Garay, para otros el elegido era "Mosquito" Genera. Para nosotros (y nosotros eramos Fonseca y yo solamente) era "Borges". la discusión no tenía sentido porque segun nosotros (los mismos nosotros de antes) Borges habia marcado un antes y un despues en una cancha de rugby. Me puse como loco cuando el Negro intento explicarme porque "mosquito" había sido mejor. Hice a un lado los fernet, acomode a un costado las servilletas de papel y el maní y empecé a explicarle; pausada pero firmemente las razones de nuestra elección. Cuando apareció un martes a la noche en entrenamiento, haciamos memoria y comentabamos en la mesa, se presento al entrenador invocando su condicion de medio scrum frente a la clasica pregunta que recibia a los "nuevos". Vos de que jugás?. Recordabamos intervenciones fantasticas y extravagantes de tipos que habian respondido "de scrum" o el Tucumano que exhibia credenciales de apertura y tenía el mismo pase que cualquier jugador normal con ambos brazos atados firmemente al cuerpo con alambre. Aunque Borges se presento como medio scrum su respuesta no fue tenida nunca en cuenta. Era un clasico para un entrenador como el que teniamos pedir explicaciones que no escuchaba, respuestas que no le interesaban y opiniones que nunca consideraba. Asi fue que Borges siguio entrenando de tres cuartos y jugando de lo que lo pusieran...eso siempre que lo pusieran; cosa que no pasaba seguido. Una tarde de domingo, porque en esos años todavía se jugaba ese día, Borges se paso un partido entero de reserva jugando de centro y viendo como los rivales se le colaban por los costados y los gritos del entrenador le aniquilaban la autoestima lentamente. Al terminar el partido entendió claramente lo que ya sabia de antemano, que ese no era su puesto y que quizás, quien lo sabía, ese había sido su ultimo partido por mucho tiempo. Asi estaban las cosas cuando en la primera mitad del partido de primera el "perro" se golpea una mano. Por mas que se la vendaron y encintaron no la podía mover. Le costaba horrores tomar la pelota y no hablemos de tacklear o aunque mas no fuera agarrar. Si nunca lo habia hecho con el cuerpo al cien por ciento no había posibilidades que lo hiciera ahora que estaba lesionado. El "perro" termino afuera de la cancha y el equipo con un hueco que no podía llenar. el tiempo fue pasando y cada vez se complicaba mas el resultado. El equipo estaba partido en dos, no había conexion entre forwards y tres cuartos, no habia ideas, no habia pausa, no habia vertigo.
Para el entretiempo las opciones que quedaban no eran potables y el entrenador masticando bronca y con los ojos inyectados de amenazas latentes lo llamo a Borges. Le explico lo que esperaba de él, que no era mucho mas que decoro. Lo amedrento y le quito la poca confianza que podía quedarle, fiel a su estilo.
Si todo lo que conte lo consideramos el "antes" ahora empezaba el "después". silbato, patada a cargar de los rivales, buena recepcion de un primera linea, un par de metros hacia adelante y un ruck sólido, Borges que se acerca, levanta la vista para ambos lados, mitad de cancha. Levanta la pelota y entiende que no hay mas verguenza en el rectangulo de juego; un amague, dos amagues, un pique muy corto, freno y otra salida explosiva, la marca frente al fullback encimada y pase a la derecha al wing que venía acompañando. Try! Try!, gritos, locura medida pero locura al fin. Una nueva salida con un movimiento casi calcado pero ahora, en vez de correr, Borges decide jugar al apertura con un pase recto y veloz de mas de 20 metros; hay juego, avance, un salteo y Borges emerge hecho un rayo entre el segundo centro y el fullback. Carrera impresionante de 30 metros y el try mas simple que vi en mi vida. Este Borges era cosa seria. Tanto asi que el entrenador ya no insultaba, no hablaba. No conocía palabras de aliento ni estaba en su capacidad poder reconocer algún merito. Asi fueron pasando las jugadas y Borges las hacia todas. No había tackle que lo detuviera no había pase complicado para dar, ni amague que no pudiera hacer. Ese partido lo terminamos ganando por mucho, en realidad lo termino ganando Borges. Habíamos descubierto una nueva estrella, un diamante en bruto que en solo 40 minutos se había pulido hasta ser la joya mas preciada del equipo.
Los días fueron pasando y la verdad fue que Borges siguió jugando bien pero alternando los partidos en que entraba de titular y los que lo veian empezar de suplente. El entrenador no podía superar la barrera de los códigos del deporte que dicen que cualquiera que venga de afuera no puede ganarse un espacio rapidamente en un equipo suyo. No importaba lo bueno, no interesaba que no hubiera reemplazo, Borges tenía que ver como, en algo similar a una tombola, se decidia quien se ponía la 9 en cada partido; una lotería donde nunca tenía número.
Los partidos pasaban y Borges la seguía rompiendo. Sus acciones con el equipo crecian y los celos del entrenador se multiplicaban. Una tarde que recuerdo especialmente, estabamos precalentando para empezar un partido complicado con uno de esos equipos pesados que logran, inexplicablemente, que 80 minutos de empujar gente les proporcionen satisfacción. Esperabamos un juego aspero y horrible, teniamos depositada la confianza en tener algunas pelotas y poder movernos con velocidad para marcar la diferencia. Borges entraba de titular extrañamente y eso nos motivaba un poco mas. El partido se presento como pensabamos, espantoso, trabado, mezquino, lento, aburrido. Solamente dos veces en el primer tiempo logramos pasar la mitad de la cancha con una patada al fondo y una carrera veloz de Borges que termino en try. No mucho más para destacar. Para el comienzo del segundo tiempo no presentamos cambios, las palabras del entrenador apelaron a la idea consagrada de poner "huevos" y "pelearlas todas". Hicimos lo que nos pidió mientras pudimos, sostuvimos el scrum hasta que en un derrumbe el hooker, Jimmy, se lesionó un hombro. El entrenador nos sorprendió a todos poniendo al "perro" en la cancha, todavía con la mano vendada y recién haciendo su regreso lento a los entrenamientos. El hooker por el medio scrum. Y Borges? nos preguntamos todos. Pasa de hooker Borges! se escucho. Nos miramos sin entender pero Borges sabiendo que con el entrenador no se discute se puso al medio de los primeras líneas nuestros, enfrentando a dos gordos característicos de un equipo como nuestro rival de esa tarde. Cuando el arbitro hizo seguir el juego el scrum conectó y se llevó las costillas de Borges, en un acto de "contricción" casi religiosa logrando una posición casi fetal. Conclusión: perdimos una estrella en ascenso y el entrenador sonrió por segunda vez en un año. De Borges nunca supimos nada más. Del entrenador sabemos todo por mas que el se obstine en este preciso momento, en esta misma mesa, en tratar de convencernos de que Borges pidió voluntariamente suicidar sus huesos en ese scrum.
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