lunes, 21 de febrero de 2011

9°34´13" N 79°28´20" O

Entre el circulo polar artico y la antartida hay una masa de tierra enorme que los Españoles llamaron America, en ese mismo espacio elevado sobre el mar los mismos españoles hicieron guerras, las ganaron y perdieron, los que alli vivian desaparecieron, vinieron gentes de inglaterra, de francia, de holanda, de portugal todos buscando quedarse con un pedazo, algunos ganaron otros perdieron; despues llegaron otras personas buscando un destino que les dijeron habia caido parado por ahi. Se quedaron, se fueron, no importa. El punto es que entre el artico y la antartida pasaron infinidad de cosas pero nadie reparo en lo esencial. Todo es accesorio, nada es importante, la verdad en estos 500 años pasados ha estado siempre oculta. A Colón le llevo cuatro viajes, un montón de dinero, tiempo que no tenía y ganas que se le iban acabando pero finalmente pudo hacerlo; sin embargo al llegar a España lo encarcelaron y lo enjuiciaron y ya nadie presto oídos a sus palabras que se iban apagando tan convencido como estaba de que nadie habria ya de escucharlo. Dicen que murio murmurando entre rezo y rezo el nombre de su descubrimiento, el verdadero, al que nadie le presto atención.
Yo me tomé el atrevimiento de cruzar un país entero, de punta a punta (que aunque suene una gran hazaña debo aclarar que se trata de Panamá) de una costa a otra con poco mas de 100 kilómetros para hacer honor al cuarto viaje del famoso genovés. Antes de llegar a Portobelo tuve que respetar la cronología y pase primero por uno de los poblados mas antiguos de América, un lugar que tiene el extraño privilegio de llamarse "Nombre de Dios". Así están las cosas con este pueblo fundado en 1509, recorrer sus callecitas apenas abiertas, enmarañadas, la plaza escualida, y sus casas de dos colores a medio caer te hace pensar lo cerca que esta 1509 de 2010. Hay una bahía enorme enfrentada con las montañas verdes y el mar que arremete con sus brazos hechos olas. Esa bahía fué la razón para que la eligieran y con el tiempo perdió su brillo y un gobernador infiel la cambió por otra fundando Portobelo y poniendo para siempre a Nombre de Dios entre las tapas duras del libro del olvido.

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