sábado, 24 de diciembre de 2011

1956

"General Valle prepárese a morir". Hay algo mas violento que un anuncio así? es posible pensar en algo más triste que el saber que todo se termina?

Escuché las palabras y volví otra vez a pensar. En mi hija, en mi mujer. En el porqué, en lo que había resultado.

"Ni vencedores ni vencidos". Lonardi parecía un buen tipo, lo conocía poco y probablemente por eso lo veía así. no sé...quizás me equivoque pero soy de los que cree que el tiempo no cambia a las personas, solo les pule las aristas. Sin embargo en Lonardi se me representaban dos filos de una misma espada. Un tipo recto, conservador, católico, honesto; por un lado. Y al mismo tiempo un conspirador, un tipo capaz de traicionar a un amigo. Quizás sí sea demasiado tajante en mis observaciones. Tendría amigos Lonardi? y lo que seguramente es mas fácil de contestar. Tendría amigos Perón? No, no lo creo. De todas formas dos hombres, dos compañeros de armas que se conocieron tanto estaban ahora tan alejados y en este caso Lonardi había sido el que dio el primer paso para separar los caminos, de eso estaba seguro.

Ni vencedores ni vencidos. Cuando le escuche decir eso casi me largo a reír. Es que este hombre había venido de otro planeta?, Donde había estado los últimos diez años? No se daba cuenta que las iglesias a las que iba eran ahora mitines políticos, trincheras, espacios de lucha? Que los cuarteles en los que pasaba sus días estaban infectados de bronca y odio, que los que estaban "afuera" querían volver a toda costa? Había estado tal vez en un sótano...había perdido el sentido?

Ni vencedores ni vencidos. A lo mejor era como decía mi mujer. Quizás era verdad y yo no lo podía ver. Quizás era verdad aunque no se llevara con lo que hicieron en la plaza de mayo, aunque no supiéramos cuanta gente murió, por mas que no estuviéramos de acuerdo en que lo sacaran a Perón...quizas era cierto y Lonardi también lo creía. Ni vencedores ni vencidos. Probablemente sí, probablemente esa era su idea.

de todas formas no hizo falta demasiado tiempo para ponerse al tanto y darse cuenta que la cacería había comenzado. Ahora era al revés. El lobo es liebre, la liebre lobo y como siempre pasa en estos casos cuando la liebre puede ponerse el traje del lobo elige los dientes mas grandes, la boca mas grande, la venganza mas extrema.

Nos habíamos estado reuniendo desde hacia un buen tiempo, desde antes que los muchachos de la libertadora se decidieran a poner las botas en la calle. Se veía venir, se sentía, se olfateaba, pero mas que nada se sentía en el aire, era una premonición casi cumplida que flotaba en Buenos Aires. Nosotros sabíamos lo que se venía y cuando llegó no nos sorprendió. Simplemente no esperábamos que fuera tan fácil, que todos actuaran tan resignadamente. Algo no funcionó en ese engranaje idílico que mantenía en funcionamiento el peronismo. La gente donde estaba? que había pasado con lo de "La Vida por Perón"? Já…me causa gracia, parece que tanto tiempo enroscados en esto de vivir un poco mejor, en comprar la moto o el autito, la casita, el pan dulce, la sidra…tanto tiempo bajo la sombra de Perón, bajo el ala del líder; los hicieron tímidos, indiferentes, cobardes…La vida por Perón!! Gritaban todos y se les salía el alma por la garganta pero ahora resulta que el único que la pone, de verdad, soy yo. Pero no importa, ya está, un tiempo se acaba. Otro mas importante habrá de llegar.

Ni vencedores ni vencidos…a veces me pongo a pensar que pasó con Perón en ese 55. No hizo nada, no pidió que nadie hiciera nada, no levantó un dedo, no movió una pieza en cambio levantó sus bártulos y se mando a mudar, como pudo. Que pasó? El león se cansó de la selva? No tengo la respuesta, sinceramente, no pude ni puedo entenderlo. Inclusive ahora que nos jugamos la vida otra vez. Ni un gesto de apoyo, una palabra comprometida, un pedido de clemencia, una reivindicación para este grupo de ilusos que le pusieron el cuerpo a los gritos de la gente!!. Nada, solo agravios y descalificaciones.

Seguramente Perón se equivoca, otra vez. Es un cobarde, otra vez.

“General Valle prepárese a morir”. Debería sentirme estúpido, idiota, avergonzado de haber dado mi vida y la de los que de mi dependían por las ideas de un tipo al que no le importa mas nada que él. Las cartas ya están jugadas. Que puedo decir entonces de Perón, solo que me defraudo. También podría asegurar que a la bronca le ganó la frustración. Frustración de no entenderlo, de no poder interpretarlo, de no saber lo que piensa, lo que busca, lo que lo mueve.

NI vencedores ni vencidos…Lonardi ya no está, ahora manejan los hilos de este teatro tipos mucho mas comprometidos con las balas y la sangre, gente a la que no le “prende” la piedad, el entendimiento, el perdón…ni la superación.

Empecé estas líneas, este pensamiento preguntándome que sentiría una persona defraudada en lo más intimo, viendo que todo lo que hizo, todo por lo que vivió, todo aquello por lo que dio la vida fue inútil. No se si pondría responderlo…ya no me siento así, ya no soy ese hombre. Podría en cambio preguntarme que siente un hombre que no siente nada y podría preguntárselo a Perón… Podría preguntarme que siente un hombre que solo sabe fracasar… pero eso que la historia se lo pregunte a Aramburu.

Carta del Gral. Valle al Gral. Aramburu antes de ser fusilado


Dentro de pocas horas usted tendrá la satisfacción de haberme asesinado. Debo a mi Patria la declaración fidedigna de los acontecimientos. Declaro que un grupo de marinos y militares, movidos por ustedes mismos, son los únicos responsables de lo acaecido. Para liquidar opositores les pareció digno inducirnos al levantamiento y sacrificarnos luego fríamente. Nos faltó astucia o perversidad para adivinar la treta. Así se explica que nos esperaran en los cuarteles, apuntándonos con las ametralladoras, que avanzaran los tanques de ustedes aun antes de estallar el movimiento, que capitanearan tropas de represión algunos oficiales comprometidos en nuestra revolución. Con fusilarme a mi bastaba. Pero no, han querido ustedes escarmentar al pueblo, cobrarse la impopularidad confesada por el mismo Rojas, vengarse de los sabotajes, cubrir el fracaso de las investigaciones, desvirtuadas al día siguiente en solicitadas de los diarios y desahogar una vez mas su odio al pueblo. De aquí esta inconcebible y monstruosa ola de asesinatos.
Entre mi suerte y la de ustedes me quedo con la mía. Mi esposa y mi hija a través de sus lágrimas verán en mi un idealista sacrificado por la causa del pueblo. Las mujeres de ustedes, hasta ellas verán asomárseles por los ojos sus almas de asesinos. Y si les sonríen o les besan será para disimular el terror que les causan. Aunque vivan cien años sus víctimas les seguirán a cualquier rincón del mundo donde pretendan esconderse. Vivirán ustedes, sus mujeres y sus hijos, bajo el terror constante de ser asesinados.
Porque ningún derecho, ni natural ni divino, justificará jamás tantas ejecuciones.
La palabra "monstruos" brota incontenida de cada argentino a cada paso que da.
Conservo toda mi serenidad ante la muerte. Nuestro fracaso material es un gran triunfo moral. Nuestro levantamiento es una expresión más de la indignación incontenible de la inmensa mayoría del pueblo argentino esclavizado. Dirán de nuestro movimiento que era totalitario o comunista y que programábamos matanzas en masa. Mienten. Nuestra proclama radial comenzó por exigir respeto a las Instituciones y templos y personas. En las guarniciones tomadas no sacrificamos un solo hombre de ustedes. Y hubiéramos procedido con todo rigor contra quien atentara contra la vida de Rojas, de Bengoa, de quien fuera. Porque no tenemos alma de verdugos, sólo buscábamos la justicia y la libertad del 95 por ciento de los argentinos, amordazados, sin prensa, sin partido político, sin garantías constitucionales, sin derecho obrero, sin nada. No defendemos la causa de ningún hombre ni de ningún partido.
Es asombroso que ustedes, los más beneficiados por el régimen depuesto, y sus más fervorosos aduladores, hagan gala ahora de una crueldad como no hay memoria. Nosotros defendemos al pueblo, al que ustedes le están imponiendo el libertinaje de una minoría oligárquica, en pugna con la verdadera libertad de la mayoría, y un liberalismo rancio y laico en contra de las tradiciones de nuestro país. Todo el mundo sabe que la crueldad en los castigos la dicta el odio, sólo el odio de clases o el miedo. Como tienen ustedes los días contados, para librarse del propio terror, siembran terror. Pero inútilmente. Por este método solo han logrado hacerse aborrecer aquí y en el extranjero. Pero no taparán con mentiras la dramática realidad argentina por más que tengan toda la prensa del país alineada al servicio de ustedes.
Como cristiano me presento ante Dios que murió ajusticiado, perdonando a mis asesinos, y como argentino derramo mi sangre por la causa del pueblo humilde, por la justicia y la libertad de todos no sólo de minorías privilegiadas. Espero que el pueblo conocerá un día esta carta y la proclama revolucionaria en las que quedan nuestros ideales en forma intergiversable. Así como nadie podrá ser embaucado por el cúmulo de mentiras contradictorias y ridículas con que el gobierno trata de cohonestar esta ola de matanzas y lavarse las manos sucias en sangre. Ruego a Dios que mi sangre sirva para unir a los argentinos.
Viva la Patria.

Juan José Valle
Buenos Aires, 12 de junio de 1956

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