Key West puede tener tantas caras como uno quiera encontrarle. El secreto está en que tantas cosas confluyen allí que es difícil definirlo entonces tenemos un problema…un hermoso problema por resolver. Quizás lo mejor sea entender que lo que busquemos será exactamente lo que encontremos en una combinación rara de un ambiente tan norteamericano y al mismo tiempo su espíritu despreocupado pretendiendo parecerse al caribe que tiene tan cerca. La ciudad de los atardeceres mas famosos, el punto continental mas próximo a Cuba, el lugar elegido para la parranda, el paraíso de los puros, el punto de reunión de los amantes de las motos, el refugio de los desterrados, paraíso de pescaderos, meca de la juventud norteamericana, refugio de playa y tantas otras cosas más…nómbrelas, imagínelas, acá se podrán encontrar…o hacer realidad.
La ultima vez que estuve por allí entre a la ciudad por un camino distinto, en vez de ir directamente al centro, a la calle Duval, pasamos por el camino que se abre a las playas y el aeropuerto. Se va bordeando la costa hasta llegar a una franja de arena blanca que se separa de la calle por una consistente línea de palmeras y un pequeño muro bajo. La playa tiene su encanto y otra vez invita el mar. El agua es tibia, como siempre, y con un movimiento tan inexpresivo que parece no haberse convencido de que es parte de ese océano tan vasto. El plan es bueno porque no hay demasiada gente y la infraestructura es óptima. Baños, duchas y lugares donde practicar deportes. Una breve parada, un descanso y la seguridad de que el día aún no terminó y nos quedan muchas caras por ver. Se hace tarde y no queremos perdernos uno de los famosos atardeceres de Key West así es que allá vamos, rápidamente dejamos la playa y vamos a Duval St, la calle de más “acción” en la ciudad. Pero antes no podemos obviar la foto en el famoso “punto continental más próximo a Cuba” el monolito esta ahí apenas separado del mar por una pequeña vereda y confinado al lugar que le dejaron cuando la ciudad fue creciendo, un espacio no demasiado importante para un hito tan mencionado en el turismo local; sin embargo esas son las condiciones y nosotros, como todos los que pasan por allí, no podemos dejar de asomarnos, acercarnos y posar para la posteridad digital. Los alrededores de este punto como la mayoría de la parte historica de la ciudad son encantadoras por la vegetación y las casas de estilo. Un estilo similar al del French Quarter de Nueva Orleáns, enrejados elaborados, puertas altas, ventanas grandes y luminosas, plantas y mas plantas, maderas prolijamente pintadas y detalles por el estilo. Caminando al oeste llegamos al lugar elegido esta vez. El Bar que se levanta en la marina cuando Duval St hace un quiebre final para caerse al mar. Un hermoso muelle que se interna en el mar con un bar circular en su extremo izquierdo, mesas repartidas sobre el fondo y una barra con banquetas que se apoyan sobre las maderas que apenas nos separan del agua. Al fondo se esta cayendo el sol y los colores se enfurecen. El rojo, el naranja, van matando el amarillo con paciencia e implacabilidad. Las fotos de rigor, la cerveza para esperar que todo acabe y la noche empiece.
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